electricity.

Sunday, July 29, 2007

 
ÉL observó a su esposa, que cruzó la calle. Tenía un abrigo rojo, que había prometido tirar...y que seguía sacando del armario, año tras año. Él hacia lo mismo con todas las cosas y eso fue lo que cautivó cuando se conocieron. Las mismas ropas usadas una y otra vez. Filas de lapices de labios que nunca usaba. Esa canción que ella tarareaba mientras cocinaba... era parte de la vida que se había vuelto extraña para él... y que pensaba abandonar entre el plato principal y el postre. Buenos días señora. Buenos días.
Se dio cuenta de lo inapropiado que era el lugar que había elegido para abandonarla, fue aquí donde se dio cuenta que había dejado de amarla. Cuando ella sonrió, el estuvo a punto de gritar ¡Voy a dejarte! ¡Deja de sonreír!. Pero en vez de eso le ofrecí un poco de vino. Le molestaba que ella nunca pidiera aperitivos o postres. Pero ella casi siempre se comía la porción de él. Lo peor es que el pedía lo que a ella le encantaba: no estoy seguro que me guste esta torta, pensó solamente. Cuando ella comenzó a llorar como nunca antes... él pensó que sabía que la dejaría por Marie-Christine... una aeromoza apasionada, a quien amaba desde hacia un año y medio, ella lo sabe pensó él, ella ha sabido desde hace un tiempo, debí suponerlo. Aún llorando, sacó algunos papeles de su bolso y se los entregó a él, los papales estaban escritos en una fría terminología médica, y describían leucemia en etapa terminal. Lo siento habiendo leído eso, el motivo de la reunión desapareció de su mente y una extraña voz metálica le dijo: ¡Tienes que estar a la altura de las circunstancias! Y lo estuvo. Pidió tres porciones de torta para llevar... y le envió un mensaje a su amante. OLVIDATE DE MI.
Él le dio toda la atención que ella había reclamado. Colgó pinturas. Movió cosas de un lado a otro. La acompaño al cine a ver sus películas favoritas.Fue con ella a las liquidaciones, aún cuando el odiaba ir de compras. Leyó "Sputnik Sweetheart" de Murakami, en voz alta. Y todas las cosas hasta las más insignificantes, tenían otro sentido ya que sabía que las había para ella por última vez. Comportandose como un hombre enamorado él una vez mas se convirtio, y cuando ella murió en sus brazos él cayó en un coma emocional del que nunca despertó y hasta el día de hoy años mas tarde su corazón aún se paraliza cuando ve a una mujer con un abrigo rojo.

La Vastille.
Isabel Coixel.

Monday, July 23, 2007

 
salio el sol, y no sé si mañana es primavera.

Saturday, July 07, 2007

 

aveces no tengo ganas de mirarte no quiero mas tu amor/humor nací en tierras bastardas donde mis amigos se pudren igual que yo, tu nunca debiste confiar en mi.

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